Cuando una pareja rompe puede ser algo natural pedir los enseres y objetos personales que se han podido quedar en su casa o en la casa en la que se convivía, pero en ocasiones los problemas y dificultades de comunicación pueden ser un problema.
Enseres personales de casa
Los enseres personales de la casa en la que se ha convivido juntos durante la relación pueden ser un problema a la hora de repartirlos. Según la Ley los bienes muebles son de propiedad de quien pueda acreditar ser su dueño con un justo título, por ejemplo una factura. En su defecto, se presumirá que el propietario es su poseedor, lo cual admite prueba en contrario, pero que en casos de convivencia pueden ser un gran problema de interpretación.
¿Quién se queda con la lavadora o la nevera?
En primer lugar quien sea su dueño por tener la factura a su nombre.
En defecto de eso, será el poseedor. El problema en muchos casos es acreditar que un determinado enser está en un inmueble concreto, pues de no facilitarse al acceso, la carga de la prueba es muy compleja y en rara ocasión merece la pena un pleito con nuestra expareja.
Lo mejor es ser razonables y gestionar de mutuo acuerdo y manera amistosa el reparto de los enseres comunes y personales.
