Si usted se niega a firmar la propuesta de divorcio amistosa de su cónyuge no tendrá ningún tipo de consecuencia legal. Ahora bien, si su marido o mujer interponer demanda de divorcio contencioso, no podrá oponerse.
Sí es posible oponerse a la petición de divorcio de mutuo acuerdo. Al ser de mutuo acuerdo nadie puede firmar en contra de su voluntad.
En cambio, en un proceso de divorcio contencioso serán hechos controvertidos a los que se podrán oponer los demás, tales como regulación de los hijos, uso del domicilio, pensión compensatoria etc. Pero no al divorcio. La declaración de la disolución del vínculo matrimonial por divorcio es una declaración a la que el cónyuge demandado no se podrá oponer.
El motivo es que en el choque de derechos entre el cónyuge que quiere y el que o quiere divorciarse, debe de resolverse en favor del cónyuge que desea el divorcio, pues no se le puede obligar a mantener un matrimonio que ya no quiere.
¿Cómo prepararse para un divorcio? Con amabilidad y respeto, lo que hará que con independencia de la decisión y tramitación concreta el proceso sea cordial en todo lo posible.

Negarse a firmar el divorcio
Negarse a firmar el divorcio propuesto de mutuo acuerdo es legal. Además, no es que haya que dar el visto bueno a divorciarse de mutuo acuerdo, sino que también a las estipulaciones contenidas en el convenio regulador.
No puede existir un divorcio con reservas, sino que el convenio regulador debe de ser aprobado y confirmado en su integridad, lo que no siempre es fácil, pues se deben de poner de acuerdo en todos los detalles. Existen cuestiones en las que evidentemente tampoco habrá que entrar a valorar, como son por ejemplo los detalles meticulosos del reparto de enseres personales: Platos, vasos, cortina… etc. Se entiende que las personas son razonables y ese tipo de cuestiones que pueden ser un constante motivo de disputa, se resolverán de mutuo acuerdo.
Negarse a firmar el divorcio es legal, pero sin un motivo justificado no es leal.
Lo leal es que cuando uno de los esposos quiere separarse o divorciarse, el otro lo facilite, pues de no ser así, se estará pretendiendo mantener un matrimonio que nuestro cónyuge ya no quiere, forzándole a que si quiere solicitarlo lo tenga que plantear por lo contencioso más caro y lento.